El síndrome del oso panda (1)
Data: 13/03/2020,
Categorie:
Sesso di Gruppo
Autore: Vero_y_Dany, Fonte: xHamster
... ti tu espíritu.
—Estoy impresionada… —susurré.
—La lástima es que ese rostro quedará oculto tras una máscara veneciana —dijo con absoluta tranquilidad—, porque tú no eres una modelo, sino una mujer casada que no deseará ser reconocida. Aunque te prevengo que las fotografías para las que vas a posar no serán para la venta, sino solo para mi disfrute, y no las contemplará nadie más que yo. O en todo caso, también Helga, mi mujer.
«¡Qué cara! Estaba dando por hecho que iba a posar desnuda para él!» Pero la idea de exponerme sin ropa ante sus ojos como carbones me produjo un estremecimiento de anticipación en el bajo vientre.
—¿Qué…? ¿Qué tipo de fotografías serían? —pregunté con voz no muy segura.
—En la puerta de la izquierda encontrarás distintas prendas, y varias máscaras —informó sin responderme—. Quítate toda la ropa y viste la que más te guste.
Definitivamente, no era yo la que se dirigió sin rechistar a la puerta que me había indicado. Y no podía echarle la culpa al champagne, porque apenas había bebido un par de sorbos.
Me encontraba como flotando, con una tremenda sensación de irrealidad, que no impedía el hecho de que, por primera vez en mi vida de casada, me invadiera un intenso deseo por aquel hombre que me daba órdenes con tono de ruego.
Cerré la puerta a mis espaldas. Se trataba de un vestidor, en el que había un colgador del que pendían diversas prendas. Sobre una especie de coqueta con un espejo rodeado de luces, cinco máscaras de ...
... carnaval puestas en pie me miraban con sus ojos vacíos. Alguna de ellas cubriría la totalidad del rostro, mientras que la mayoría eran antifaces que dejaban la mitad inferior al descubierto. Además de las máscaras, encontré cepillos, peines y elementos de maquillaje de marcas caras.
Me senté ante el taburete, y recogí mi cabello largo en un moño, que sujeté con horquillas. Retoqué el maquillaje de mis pestañas y cejas, apliqué unos ligeros toques de polvos en mis mejillas, barbilla y cuello, y elegí un carmín de color rojo intenso para realzar mis labios.
Me fui probando sucesivamente todas las máscaras, seleccionando finalmente una de color blanco con una especie de antifaz dorado, orlada de penachos de plumas negras de un palmo de longitud. Me la puse para verificar el efecto, y me gustó.
Revisé las distintas prendas colgadas, todas ellas de color negro: un corpiño de tela transparente, cosa que no importaba demasiado, porque dejaría al aire mis pechos, que llegaba hasta poco más arriba del pubis. Una especie de salto de cama también transparente, que se sujetaba con un broche sobre los senos, y cuya forma dejaría al descubierto mi vientre, sexo y piernas. Otro vestido largo, de falda amplia y con volantes, que me pareció muy decente… hasta que le di la vuelta, advirtiendo que en la parte trasera únicamente había unas cintas para sujetarle en el cuello y cintura, pero nada más.
Me desnudé completamente. Ante un gran espejo de cuerpo entero que ocupaba una de las ...