La ayuda a mi amigo divorciado continua - Racconti Erotici

La ayuda a mi amigo divorciado continua

... suspiró, para después rogarle que siguiera y que la cogiera con esos dedos más rápido.

Mi amigo empezó a meter y sacar sus dedos a un ritmo frenético y ella ya sin poder dejar de llorar y de jadear, le suplicaba todavía por más y más…

De repente Nacho me pidió si podía continuar yo, mientras él se desnudaba. Hice que Ana volteara boca arriba.

Mi amigo terminó de desnudarse y comenzó a jugar con los pezones erectos de mi sensual esposa. Mientras tanto, yo seguía jugando con mis dedos dentro de su ya empapada concha…

Nacho se inclinó sobre ella para chuparle los pezones. Lo dejé hacer; totalmente empalmado al ver a mi esposa gozar tanto en nuestras manos. Ana estaba realmente al borde de la locura. Mientras movía sus caderas jugando con mis dedos dentro de ella, no hacía más que mover la cabeza de un lado a otro con la boca abierta y jadeando de placer.

De repente, sin dejar de retorcerse de placer, Ana susurró que quería ser cogida por Nacho en primer lugar; agregó que lo necesitaba a él. Quería que la cogiera como la vez anterior…

Nuestro amigo me miró como pidiendo permiso; se arrodilló y tomando los piernas de mi mujer por los tobillos, se las puso en sus hombros. Luego aferró la punta de su verga y la fue hundiendo despacio en la hambrienta concha de mi mujercita.

Empujó suavemente hasta que la tuvo entera dentro de ella. Mientras se la iba metiendo, Anita subía las caderas como para sentirla mejor dentro de su vientre. Lo hacía despacio; se la metía ...

... entera, apretando hasta el fondo de la vagina; se la dejaba dentro unos segundos, para luego sacarla y volverla a meter nuevamente. En menos de cinco minutos, mi adorada Ana tuvo un intenso orgasmo. Empujó hacia arriba su cuerpo, suplicándole a Nacho que no bajara su ritmo de bombeo. Comenzó a temblar y a llorar, gritando que quería más potencia…

Nacho empezó a bombearla como un poseso y en ese momento ella arqueó todo su cuerpo y aulló como una perra en celo. Le suplicó que siguiera cogiéndola y que aguantara sin acabar, para provocarle todavía más orgasmos brutales como ese…

Ya no pude aguantar más; así que le pedí a Nacho que se saliera, porque ya era mi turno.

Antes de cogerla, como para darle un respiro después de los orgasmos que le había robado mi amigo, metí mi cabeza entre sus muslos y empecé a comerle la concha como a ella más le gustaba, jugando con mi lengua en su clítoris.

Después de un rato de hacerla gozar con mi boca, hice voltear a Ana sobre sus manos y rodillas. Me ubiqué entre sus muslos desde atrás y la embestí con la punta de mi endurecida verga.

Ella saltó hacia adelante y lanzó un grito de dolor; a pesar de que su concha estaba muy bien lubricada y más que dilatada…

Enseguida Nacho aprovechó la posición para hundirle su verga hasta la garganta a Anita. Ella se esmeró en chupársela mientras yo la embestía desde atrás. Lo hizo muy bien, porque nuestro amigo muy pronto empezó a resoplar y echándose hacia delante con su espalda arqueada, ...