Cuatro años de casado y empiezan los problemas - Racconti Erotici

Cuatro años de casado y empiezan los problemas

... hombro para hablar de mi hija y contínuamente se tocaba su cuerpo, en mi opinión intencionadamente para que me fijase en sus manos y donde las llevaba.

día siguiente, yo ya bastante envalentonado, hacía bastante calor y cuál fue mi sorpresa (y alegria) que Lucía vestía una camiseta ajustada y una falsa a media pierna muy vaporosa. Yo no le quitaba ojo, Dios mío!!! Cada vez que se movía y la calza enseñaba sus piernas me ponía malísimo, y ella lo fue notando. En una de esas ocasiones se me acercó, estirando el cuello hacia detrás aprovechando a hacerse una minicoleta y marcando el poquito pecho contra la camisetas me

dijo:

-ufff! Que calor hace, lo notas?

mientras se hunedecía los labios con la lengua y me miraba pícaramente.

yo no podía más, llevaba meses sin follar con mi mujer y aquella profesora me estaba poniendo malo, así que enseguida noté que mi polla apretaba el pantalón, me senté rápidamente por verguenza, pero ella no perdía ojo de todo y se acercó a mí poniéndose de cuclillas subiéndose bastante bien la calza y poniendo su mano sobre mi pierna, a escasos centímetros de mi incipiente ereccion me dijo:

- parece que tú también tienes calor, eh?

me puse rojo como un tomate y le pedí que me indicase el cuarto de baño más no cercano ...

... para refrescarme. Fui corriendo como un chiquillo con su primera empalmada en público avergonzado y entré al baño.

Me metí en uno de los cubículos y soltándome el pantalón dejé que mi poya respirase. Estaba empapada en líquido preseminal, súper lubricada, y no pude evitar empezar a masturbarme. En ese momento no len percaté que alguien más había entrado en el baño, y golpeando con las uñas la puerta oí a Lucía:

- papá de Naia, qué haces?

-nada nada me contesté aterrado por la situación.

y con una de las llaves maestras del colegio abrió mi puerta y sonriendo se puso de rodillas frente a mi.

- parece que tengo algo que ver con esto, no?

- ehhh, perdona Lucía...lo siento , no sé qué ha pasado. Vete por favor, no sé lo digas a nadie...

Pero antes de acabar la frase, ella ya tenía mi poya entre sus manos y había comenzado a lamerla. Estaba también lubricado que le colgaba de los labios todos mis flujos y ella se relamía diciéndome:

-córrete rápido papi, que hoy no tenemos tiempo para maa.

Y como una aspiradora se metió toda en la boca causándole una arcada brutal, que parecía disfrutar. En unas locas sacudidas más me corrí como un niño y antes de darme cuenta ella ya se había ido prometiéndome una segunda parte que ya son contaré otro día.